viernes, 16 de julio de 2010

Imponer creencias no es la solución

Desesperados ellos me piden que vuelva a creer en las mismas cosas que antes.Desgraciadamente ya no puedo. Ya no soy una niña. No pueden ordenarme cómo ni qué pensar.

No soporto que me tengan entre la espada y la pared. Elegir entre mi yo o ellos. Tantos años construí a una persona que dependía de lo que pensaran los demás y reprimía lo que sentía para no caer mal a nadie. ¿Y a quién le importo lo que yo pensaba, sentía y opinaba?

No puedo ahora decir sí mamá, sí papá. No. Se acabo. Que me dejen expresar. Ya sé que la sociedad en la que vivo es conservadora y tradicionalista. No me pueden obligar a creer o no en Dios. Es mi decisión. Ya soy grande. Ya no creo en muchas cosas.

No puedo creer ni hacer las mismas cosas que antes. No me confundan más con sus creencias y prejuicios. Perdí la fe a lo sobrenatural. Acepten que esta persona que soy yo ya no es la misma niña que hizo la primera comunión. Ésa ya no existe. Es un recuerdo.

No me impongan y supliquen sea igual a lo que era. Ya no lo haré.

1 comentario:

  1. vivimos en tiempos donde nuestros ojos son más cuestionadores, nuestros pensamientos se basan en la razón y no en el dogma (bueno, algunos seremos así)... seamos libre pensadores!

    ResponderEliminar